miércoles, 30 de mayo de 2012

Universidad, su rol en la sociedad y la calidad de la educación superior, para el mundo de hoy, Fernando Montes


Fernando Montes Matte, S.J.



Fernando Montes, Sacerdote Jesuita, Rector de la Universidad Alberto Hurtado, es Profesor de Estado, Licenciado en Filosofía, Teología y Sociología. Ha dedicado su vida a la educación en todos sus niveles.


REFLEXIÓN SOBRE LA CALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR PARA EL MUNDO DE HOY:


¿QUÉ ES LA UNIVERSIDAD?
¿CUÁL ES SU ROL EN LA SOCIEDAD?
¿EN QUE CONSISTE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR, QUE SE NECESITA PARA EL MUNDO DE HOY?
¿CÓMO HA DE SER LA FORMA DE APRENDER?


Fernando Montes Matte, S. J. (Transcripción literal del vídeo tomado en Mayo 2012 por la Fundación Gaia)



Mucho gusto de poder responder a estas preguntas, son complejas.

Yo voy a responder espontáneamente, tal vez sin la profundidad y la ilación que tendría un texto preparado pero, sí tal vez, puedo responder con la experiencia que tengo de muchos años de conocer el sistema universitario.  

A mí no me gusta hablar en abstracto de la Universidad, yo podría hacer una historia desde Bologna, la Universidad de París, lo que significó la Universidad Napoleónica, que trae todo a un control estatal, cosa que es muy ajena a lo que fue el origen de la Universidad, que fue al revés, fue una salida del control eclesial y el control estatal hacia un mundo del pensamiento.  Está  también la  Universidad Napoleónica que tiene enorme influencia en la concepción de la Universidad Latinoamericana.  Tampoco voy a hablar de la Universidad del Cardenal Newman, esa visión universal, o toda la visión de la Universidad Alemana, pero todo ello tal vez lo voy a tener detrás de la cabeza.

Sobre todo me interesa recordar que nosotros en América Latina somos herederos de la visión un poco estatista de Napoleón, corregida por una interesantísima y peligrosa corrección que se produce en Córdoba Argentina, al comienzo del siglo XX, el año 19,  donde la Universidad de Córdoba reclama una autonomía enorme de la Universidad frente al gobierno central y eso se expande como una modalidad Latinoamericana de hacer Universidad.

Pero a mí me parece personalmente, de una manera más sencilla, que una Universidad podría definirse como lo hace San Alberto Hurtado, de quien llevamos el nombre en esta Universidad, que fue un Doctor en Pedagogía en su época, que fue un hombre que pensó mucho la Universidad y el dice que la Universidad es el cerebro de una sociedad, que piensa la sociedad. No sólo las personas, su vida, sus problemas, sus esperanzas, sino su convivencia, las distribuciones de poder y por lo tanto esta Universidad tiene que pensar la cultura que nosotros tenemos y que cultura trasmitimos a los que vienen después. 

Por su esencia la Universidad tiene una visión amplia, tiene que mirar, a mi modo de ver, el conjunto de los problemas y ojalá integrar la mayor cantidad de puntos de vista para acercarnos a la verdad. Yo tengo la sensación que, marcado por el siglo XIX, muy a menudo entendemos el pluralismo como incapacidad de decir cuál es mi identidad. Para que todos podamos estar juntos nadie puede decir lo que realmente es y lo que piensa.


Universidad, su rol en la sociedad y la calidad en la educación superior, para el mundo de hoy, Gastón Soublette

                                                                                                                    2ª parte,  3ª parte

Gastón Soublette 


Gastón Soublette, destacado filósofo y músico, ha dedicado gran parte de su vida a la docencia universitaria, principalmente como profesor de estética y  filosofía oriental, entre otros.  Ha realizado numerosas publicaciones y conferencias.


REFLEXIÓN SOBRE LA CALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR PARA EL MUNDO DE HOY

Gastón Soublette  (Transcripción literal del video tomado en Mayo 2012, por la Fundación Gaia)

 

¿QUÉ ES LA UNIVERSIDAD?

Definir la Universidad nos obliga a remontarnos a los orígenes de la universidad, en el medio evo.

Se podría definir como una escuela superior encargada de conservar o desarrollar el saber superior, los conocimientos superiores heredados de la tradición y desarrollar otros nuevos.

Pero en aquellos tiempos la universidad no tenía sólo esa función, sino que también tenía una función formativa de la persona. Tanto el alumno que entraba a la Universidad, como el profesor, consideraba inseparable ambas cosas. No se puede separar un saber profano, puramente mecánico, cuya finalidad sea sólo el saber. Comunicar el saber implicaba que el profesor estaba involucrado también en formar a esa persona. Ese conocimiento aparte de acumularse dentro de la persona, en la mente de la persona, también lo formaba como persona. Yo diría en dos aspectos, o en tres según la época, la fe, la sabiduría y la virtud.

La fe no es necesario que la definamos, era la fe Cristiana en esos tiempos. En cuanto a la virtud, se puede definir como la tendencia espontánea de la persona a obrar rectamente y a amar a su prójimo. Frente a eso aparece la moral como una preceptiva de la conducta, que es como calidad muy inferior a la virtud. La Virtud es una tendencia espontánea. Una persona que tiene virtud, se puede decir que es una persona que tiene el corazón bien puesto, le nace espontáneamente obrar rectamente y amar a su prójimo como a sí mismo.

Ese era un gran ideal, que la persona a través de la fe, llegara a poseer la virtud y además la sabiduría. La sabiduría es un conocimiento superior a la ciencia. La ciencia se ocupa sólo de los fenómenos, pero la sabiduría se ocupa del sentir. Entonces formar a una persona en la sabiduría es formarla en el sentido de la vida.

Estos tres aspectos: fe, virtud y sabiduría, eran inseparables de la comunicación del conocimiento. No se puede concebir un conocimiento puramente profano y mecánico, sino que un conocimiento que forme a la persona.

En ese tiempo la Universidad tenía como súper estructura la Sagrada Teología y la Filosofía. Se consideraba que a través de estas dos disciplinas, la persona era realmente formada y después venían los saberes, tanto científicos como humanísticos.

Cuál es la diferencia con la Universidad de hoy, es que no vivimos en un mundo de fe. La tónica de la cultura Cristiana, basada en la fe, ya se perdió con el despegue de la civilización industrial y con la revolución francesa.

A partir de la revolución francesa se secularizó todo. Y como no vivimos en un mundo de fe, no hay esta prioridad de la Filosofía y la Sagrada Teología en ninguna Universidad, además la única Universidad que tiene la Sagrada Teología es la Universidad Católica. Pero incluso en cuanto se concibe la Universidad moderna, no aparece ni aún en la Universidad Católica, que la Filosofía y la Sagrada Teología sean como la coronación de todas sus enseñanzas.

Como no vivimos en un mundo de fe, los aspectos formativos de la persona se han ido debilitando. Entonces la Universidad cultiva y desarrolla el saber, a través de la investigación y lo comunica a través de la docencia. Pero el formar a la persona, ya que no estamos en un mundo de fe no mencionemos la fe. Pero la virtud y la sabiduría, eso, prácticamente queda en la nada.

Todo el mundo sabe que aquello es un ideal, pero nadie sabe cómo acceder a él. De ahí nace el concepto de excelencia docente, un profesor que domina los contenidos de las disciplinas que enseña, como erudito, como hombre inteligente, que sabe asimilar estos saberes y sabe comunicarlos inteligentemente a los alumnos. Yo creo que hasta ahí llega el concepto de excelencia docente y por tanto el concepto de calidad de la educación actual.