miércoles, 30 de mayo de 2012

Universidad, su rol en la sociedad y la calidad en la educación superior, para el mundo de hoy, Gastón Soublette

                                                                                                                    2ª parte,  3ª parte

Gastón Soublette 


Gastón Soublette, destacado filósofo y músico, ha dedicado gran parte de su vida a la docencia universitaria, principalmente como profesor de estética y  filosofía oriental, entre otros.  Ha realizado numerosas publicaciones y conferencias.


REFLEXIÓN SOBRE LA CALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR PARA EL MUNDO DE HOY

Gastón Soublette  (Transcripción literal del video tomado en Mayo 2012, por la Fundación Gaia)

 

¿QUÉ ES LA UNIVERSIDAD?

Definir la Universidad nos obliga a remontarnos a los orígenes de la universidad, en el medio evo.

Se podría definir como una escuela superior encargada de conservar o desarrollar el saber superior, los conocimientos superiores heredados de la tradición y desarrollar otros nuevos.

Pero en aquellos tiempos la universidad no tenía sólo esa función, sino que también tenía una función formativa de la persona. Tanto el alumno que entraba a la Universidad, como el profesor, consideraba inseparable ambas cosas. No se puede separar un saber profano, puramente mecánico, cuya finalidad sea sólo el saber. Comunicar el saber implicaba que el profesor estaba involucrado también en formar a esa persona. Ese conocimiento aparte de acumularse dentro de la persona, en la mente de la persona, también lo formaba como persona. Yo diría en dos aspectos, o en tres según la época, la fe, la sabiduría y la virtud.

La fe no es necesario que la definamos, era la fe Cristiana en esos tiempos. En cuanto a la virtud, se puede definir como la tendencia espontánea de la persona a obrar rectamente y a amar a su prójimo. Frente a eso aparece la moral como una preceptiva de la conducta, que es como calidad muy inferior a la virtud. La Virtud es una tendencia espontánea. Una persona que tiene virtud, se puede decir que es una persona que tiene el corazón bien puesto, le nace espontáneamente obrar rectamente y amar a su prójimo como a sí mismo.

Ese era un gran ideal, que la persona a través de la fe, llegara a poseer la virtud y además la sabiduría. La sabiduría es un conocimiento superior a la ciencia. La ciencia se ocupa sólo de los fenómenos, pero la sabiduría se ocupa del sentir. Entonces formar a una persona en la sabiduría es formarla en el sentido de la vida.

Estos tres aspectos: fe, virtud y sabiduría, eran inseparables de la comunicación del conocimiento. No se puede concebir un conocimiento puramente profano y mecánico, sino que un conocimiento que forme a la persona.

En ese tiempo la Universidad tenía como súper estructura la Sagrada Teología y la Filosofía. Se consideraba que a través de estas dos disciplinas, la persona era realmente formada y después venían los saberes, tanto científicos como humanísticos.

Cuál es la diferencia con la Universidad de hoy, es que no vivimos en un mundo de fe. La tónica de la cultura Cristiana, basada en la fe, ya se perdió con el despegue de la civilización industrial y con la revolución francesa.

A partir de la revolución francesa se secularizó todo. Y como no vivimos en un mundo de fe, no hay esta prioridad de la Filosofía y la Sagrada Teología en ninguna Universidad, además la única Universidad que tiene la Sagrada Teología es la Universidad Católica. Pero incluso en cuanto se concibe la Universidad moderna, no aparece ni aún en la Universidad Católica, que la Filosofía y la Sagrada Teología sean como la coronación de todas sus enseñanzas.

Como no vivimos en un mundo de fe, los aspectos formativos de la persona se han ido debilitando. Entonces la Universidad cultiva y desarrolla el saber, a través de la investigación y lo comunica a través de la docencia. Pero el formar a la persona, ya que no estamos en un mundo de fe no mencionemos la fe. Pero la virtud y la sabiduría, eso, prácticamente queda en la nada.

Todo el mundo sabe que aquello es un ideal, pero nadie sabe cómo acceder a él. De ahí nace el concepto de excelencia docente, un profesor que domina los contenidos de las disciplinas que enseña, como erudito, como hombre inteligente, que sabe asimilar estos saberes y sabe comunicarlos inteligentemente a los alumnos. Yo creo que hasta ahí llega el concepto de excelencia docente y por tanto el concepto de calidad de la educación actual.

Calidad de la educación superior es, que la universidad tenga excelentes profesores que dominan plenamente su materia y que también tienen el don de la enseñanza, de comunicar satisfactoriamente lo que saben de manera que los alumnos aprendan y se sientan contentos de asistir a esa cátedra, incluso que salgan hablando bien del profesor porque les abrió todo un mundo. Yo creo que hasta ahí llega el concepto de calidad de la educación.

Ahora, supongamos una Universidad donde es un hecho de que ahí la educación superior tiene calidad, produce, genera excelentes profesionales, pero un excelente profesional que domina su materia, que es inteligente, hábil, no es para mí por lo menos, ninguna garantía de que en la vida vaya a obrar con sabiduría y con ética. No está garantizado por el saber, el saber no garantiza eso.

Entonces estamos entrando en un terreno extremadamente difícil de definir porque entraríamos en la intimidad sicológica, en la intimidad moral, en la intimidad espiritual, de cada docente.

¿Le preocupa a determinado docente el aspecto formativo de la educación, o lo pasa por alto? Para él la calidad de la educación consiste en que él domine plenamente su materia y sea un gran investigador y escriba excelentes “papers” y libros sobre su materia y que sepa comunicarlo.

¿A ese profesor le preocupa de que sus alumnos en la vida estén sintonizados con el sentido de la vida y que sea una persona apta para obrar éticamente en la vida, le preocupa eso? Yo creo que en una vista de conjunto a la mayoría de los profesores de la educación superior de Chile, pasan por alto eso.

Ellos están orgullosos de ser buenos profesores de haber sido bien calificados, de poseer bien sus materias, de publicar buenas investigaciones y que los alumnos opinen bien de ellos porque se sienten que esa materia ha sido bien pasada en forma inteligente y de que ellos la han asimilado. Yo creo que hasta ahí llega el ideal del profesor chileno normal de educación.

Ahora yo sé que hay una minoría de profesores que se desvelan por el aspecto formativo de la educación. Eso es cierto también. Y eso los alumnos lo saben y los alumnos lo desean, y cuando un profesor toca esos puntos de la educación, en sus clases, los alumnos se lo agradecen profundamente.

Qué he observado yo del alumnado que he tenido a mi cargo en los últimos 10 años, he observado que esto del aspecto formativo de la persona va creciendo, va en aumento. El alumno cada día aspira más a eso. El alumno tradicional de otros tiempos, o de hace 40 años, estaba obnubilado por el intelecto, el saber, la cultura, lo que se entiende por cultura, la adquisición de conocimiento. Hoy yo diría que junto a eso, porque el alumno debe asimilar los conocimientos que se le imparten, el alumno tiene una gran preocupación por los aspectos formativos de la educación, entonces buscan a tientas una espiritualidad, algo que les abra un horizonte sobre el sentido.

Yo diría que el problema del sentido esta mucho más presente en el alumno de hoy que en el alumno de hace 30 o 40 años atrás. Este problema del sentido los acosa realmente y normalmente el saber, el puro saber no da una respuesta al problema del sentido. Tiene que ser una inquietud del profesor que sepa compartirla con sus alumnos. Ahí está el problema, que sepa compartir esa misma inquietud que el alumno tiene por el sentido.


¿CUÁL ES EL ROL DE LA UNIVERSIDAD EN LA SOCIEDAD?

Bueno, vamos a lo mas material, las Universidades se han transformado en escuelas profesionales. Obvio que el país necesita profesionales. Si definimos la educación superior como lo dice la mayoría de la gente, que la finalidad es servir al país, con eso bastaría, ¿no es cierto? Bastaría que una universidad produjera excelentes profesionales, para mí esa es la mitad del logro no más. La otra mitad es que como lo dije anteriormente, un excelente profesional no me da a mi ninguna garantía de que en determinadas coyunturas de la vida va a actuar con sabiduría y con ética. Entonces, cómo llenar lo otro.

El rol de la Universidad en la sociedad… yo creo que es la formación de hombres sabios y éticos, esa es la otra mitad de la respuesta a esta pregunta. Porque si no lo hace la universidad quién lo hace.

La Universidad es la gran oportunidad que tiene un joven de desarrollarse sicológicamente y adquirir lo que yo llamo sabiduría, o sea sintonizarse con el sentido de la vida y obrar rectamente y amar a su prójimo de un modo espontáneo.

Por eso haría yo la distinción entre virtud y moral. La virtud, dice un refrán chileno antiguo, es divina, la moral es sólo humana. La moral es compulsiva, predicando la moral yo creo que se obtiene lo contrario. Lo que hay que enseñar es la virtud. Que el hombre a través del conocimiento vaya dándose cuenta de que debe desarrollarse éticamente, debe desarrollarse en la sabiduría, eso le dará la virtud. Que él se asiente en una manera de ser, que sea como una calidad humana de él, el obrar rectamente en forma espontánea y amar a su prójimo y respetar a su prójimo como a sí mismo.

Ahora esto que suena un poco a Evangelio, de eso no se puede dispensar nadie. Podría ser un rol muy específicamente desarrollado por la Universidad Católica, justamente por eso, “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Pero eso es una regla de oro de la ética universal, Confucio enseña lo mismo, la sabiduría griega enseña lo mismo.

¿EN QUÉ CONSISTE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR, QUE SE REQUIERE PARA EL MUNDO DE HOY?

Vamos ahora al concepto de calidad. Yo estoy de acuerdo de que la calidad también se mide por ciertas estadísticas, por ejemplo de qué manera las investigaciones que se hacen en esta universidad tienen eco en publicaciones muy importantes a nivel mundial. Ese es un índice. Que si yo escribo algo en la revista Aisthesis y una revista de estética de la Universidad de París considera que lo que yo he escrito es muy importante y lo reproduce, eso es un orgullo para la Universidad. Eso ocurre en gran escala hoy en día. Que las publicaciones importantes en materias de investigación en educación superior, eso tiene eco, nuestras investigaciones tienen eco en esas publicaciones. Ahí estamos en el dominio de las estadísticas.

La calidad de la investigación que hace el científico chileno, que trabaja en Universidades importantes del país, aspira a tener la misma competencia, el mismo espíritu innovador o creativo que cualquier otro investigador francés, inglés o norteamericano y eso va progresando también.

Ahora el problema es que, poner el acento en eso solamente nos lleva a privilegiar los parámetros productivos de la Universidad, lo cual no está mal. Es decir, atender a ellos sí, pero privilegiarlos en desmedro del aspecto formativo de la educación es un vacío de la educación superior en éste país. Porque todavía, para mí, no se ha aclarado cuáles son los aspectos formativos de la educación superior, no se ha aclarado. Y como no se ha aclarado, normalmente no se conversa sobre eso.

Existe la preocupación para acordarle fondos a la Universidad para investigación. Se discute nada más que temas de procedimiento. Prácticamente no existe la discusión de temas de fondo, en la cual se toque el desarrollo sicológico y ético del alumno, esa instancia no existe. Entonces claro, eso revela porqué los chilenos damos la impresión de ser cada vez mas mal educados, cada vez mas irrespetuosos, las aberraciones morales que se producen a nivel de todo el territorio nacional, son horrendas, la forma del debate político…

Yo diría que éticamente descendemos y en materia de sabiduría también. Da la impresión que el chileno normalmente no sabe cuál es el sentido de la vida, por tanto no sabe cuál es el valor de la vida, puede depredar el territorio nacional sin darse cuenta de lo que está haciendo, porque no conoce el valor de la vida. No tiene la sabiduría para darse cuenta que la naturaleza es un todo en el cual el también está inserto, es un todo concatenado de fuerzas vitales, tanto elementales, como vegetales, animales, en el cual está inserto el hombre.

Para el chileno la naturaleza son sólo recursos naturales no mas, o sea es una reserva de materia y energía útil que él puede usar como quiere porque todo está al servicio de él… En el fondo está al servicio de los grandes intereses económicos.

La sabiduría del chileno no pasa de ahí. Por ejemplo en materia de medio ambiente, como tratar al hombre también , no le importa, no tiene sensibilidad para darse cuenta de qué manera nuestro trato es mecánico, prima el concepto de eficiencia nada mas, por tanto lo que hay en cada persona de único, de irrepetible, de estrictamente personal, eso no cuenta. O sea somos un número más no más. Así como el chileno llama a la naturaleza “recursos naturales”, al hombre lo llama “recursos humanos”.

Somos una masa informe que piensa como masa no más. Y yo creo que al poder le conviene que el hombre piense como masa, porque si esa masa estuviera formada por personas con discernimiento sería muy peligroso para el poder. Entonces lo propio de la masa es no estar formada por personas con discernimiento y la mayor parte de la población de Chile es una masa no más, es una masa informe sin cultura, sin respeto, entonces claro, cuál es la causa de esta decadencia moral, es que la educación superior no tiene, prescinde de los aspectos formativos de la educación superior y yo diría que a la mayoría de los docentes eso no le preocupa y yo diría que a la mayoría de los rectores tampoco les preocupa, con tal de salir adelante con los parámetros productivos de la Universidad y llegar a altos ratings respecto a las otras Universidades, con eso les basta.


¿CÓMO HA DE SER LA FORMA DE APRENDER?

Yo se que han habido intentos, no sé si en Chile pero en el resto del mundo, de sustituir al profesor por una máquina, yo creo que en gran escala todavía los profesores imparten sus enseñanzas y no una máquina, pero hay un auxilio tecnológico también. Se oyó hablar hace mucho tiempo de que llegará esa posibilidad finalmente, de que el alumno se conectará con una máquina que habla y le comunicará los conocimientos. Entonces claro, en un mundo deshumanizado y sin sensibilidad uno no se da cuenta del estrago sicológico que está produciendo en el alumno una sustitución de ese tipo.

Pero los profesores siguen haciendo sus clases en el mundo, es muy difícil prescindir de eso.

Yo creo que la forma de enseñar depende mucho de la materia. Yo vengo del saber humanístico. La extrema especialización puntual en una disciplina científica, sin que esa disciplina tenga conexión con otras, yendo a lo puntual, como puede ocurrir en la física atómica, o en astronomía, sin que el astrónomo o el físico, o el astrofísico se sienta en la obligación de conectar eso con la filosofía, con la sociología, incluso con la economía, no es correcto. Para que un astrónomo hoy pueda tener acceso a un telescopio de los grandes y pueda hacer una investigación, no necesita ver, percibir, hacer consciente, el itinerario que llevó a la creación de ese aparato, pero eso tiene que ver con la economía, con la política, tiene que ver con la concepción del mundo, con la filosofía que está implícita en la concepción del mundo de su época.

El científico normalmente se desentiende de todas esas relaciones. Yo cito siempre el caso de Bernard Heisenberg, el físico cuántico que hacía experiencias con la micro materia y siempre la respuesta de la micro materia a las experiencias que él montaba eran paradójicas, desafiaban la lógica tradicional.

La lógica tradicional está formada por: el principio de identidad, el principio de contradicción y el principio de causalidad.

Por ejemplo la sicología del inconsciente desafía a esos tres principios. Puede, haber un hecho sin causa. Voy a poner un ejemplo, Carl Gustav Jung tenía una paciente joven, muy intelectual, muy brillante, pero que tenía una neurosis depresiva y mientras más inteligente eran las explicaciones que ella daba de su enfermedad, más se hundía en ella. Mientras más inteligente parecía ella, mas se hundía en la depresión.

Entonces Jung dijo, lo que le falta a esta niña es que el inconsciente se exprese de alguna manera. Entonces para eso había que romperle su esquema lógico, porque su esquema lógico era una jaula para ella. Eso ocurrió una noche que ella soñó que le obsequiaban un escarabajo de oro. Entonces en la sesión siguiente le dijo a Jung, Dr. anoche soñé que me obsequiaban un escarabajo de oro y en el momento en que ella dijo eso, sonó un ruido en la ventana y Jung miró y había un coleóptero que trataba de entrar, entonces le abrió la ventana y entró el coleóptero y él lo atrapó, lo hizo clasificar por un especialista y era el escarabajo de oro.

Entonces él le preguntó a ella, dígame usted qué relación causal hay entre que usted hable aquí y diga que anoche soñó con un escarabajo de oro y en ese mismo momento venga de afuera el escarabajo de oro al lugar donde están hablando de él. Entonces ella se vio en la obligación de reconocer que no había ninguna relación causal.

Para el inconsciente el principio de causalidad no funciona, lo mismo para la micro materia. Toda la estructura lógica tradicional es válida para el mundo macro en que vivimos nosotros, pero no para el mundo del átomo. La lógica tradicional fue desafiada por las experiencias que Heisemberg hacía, de repente a Heisemberg le cayó la teja por así decirlo: ¿Qué estoy haciendo, en el fondo estoy considerando que el mundo de los átomos es igual al mundo en donde yo estoy, si los átomos son cosas en el espacio, igual que en esta pieza, son mas chicas no mas pero la lógica que los rige es la misma que con la cual yo me desenvuelvo en el mundo ordinario?.

Ese fue su error y se dio cuenta de que al hacer un experimento, o sea al hacerle una pregunta al misterio de la materia, el estaba proyectando la misma lógica con que él vive y esa lógica no rige para el mundo de la micro materia. Entonces él se vio en la obligación de escribir un libro que se llama Física y Filosofía, cosa que nunca se había hecho. Bueno existía Filosofía de la Ciencia, pero ningún físico se iba a meter en problemas filosóficos, incluso los rehúye.

La Filosofía allá, nuestra especialidad acá. Ese es el criterio con que se enfrentan normalmente las disciplinas científicas.

Entonces, contestando la pregunta, cómo ha de ser la forma de enseñar y de aprender, yo creo que el profesor debe tener un horizonte amplio en el cual el pueda hacer la filosofía también de lo que está enseñando.

Por ejemplo yo he sabido que en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas no hay un curso de filosofía de las matemáticas. Si le preguntamos a Pitágoras qué opina usted de eso, diría “pero eso es un horror”. Filosofía y Matemáticas en el fondo para él eran la misma cosa, eran inseparables. Si se pudiera hacer un curso de Filosofía de las Matemáticas, yo creo que se abriría un horizonte. Es posible que se haya hecho ahora y yo no lo sepa, pero hace tiempo yo consulté, tanto en la Universidad Católica de Valparaíso como acá y no había un curso de Filosofía de las Matemáticas.

Esta visión amplia, que la dan las disciplinas humanísticas, yo creo que no puede un científico prescindir de ella, porque achica el mundo, el horizonte de su misma especialidad.

Ahora, cómo un astrofísico o un físico atómico se mete en la Filosofía. Bueno abría que preverlo desde antes, bueno de hecho lo hay en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, es un instituto de Estudios Humanísticos para enriquecer la visión de los egresados.

Yo me acuerdo cuando era Agregado Cultural en la Embajada de Chile en París, llegó el Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, que en esa época era Enrique D’etigny, a quien yo conocía, y me dijo mira estamos produciendo ingenieros que son muy brutos, así me dijo él, porque no tienen formación humanística, entonces yo quiero, así como lo tiene la Universidad de París, crear un instituto de formación humanística para los ingenieros, para que se abra el horizonte de ellos y no estén sólo en su materia, porque eso tiene resultados sicológico y morales a veces muy graves, que uno esté nada más que en una disciplina puntual.

Entonces yo creo que en una Universidad, y dado la palabra universidad, que remite a una visión universal de las cosas, debiera existir una interdisciplinariedad de lo humanístico y lo científico y también el tema del sentido y de la ética, que eso no faltara en ninguna de las disciplinas que se enseñan, que no faltara.

Y dado que, al alumno de hoy que exige cada vez más en ese punto, le preocupa más el sentido, mucho más que al alumno de hace 30 o 40 años, que esta desideologizado ya, porque por lo menos hace 40 años existían las ideologías, había alumnos marxistas ortodoxos aquí en la universidad, entonces a través del Marxismo ellos tenían respuestas para todo y también los demócrata cristianos y todos los demás.

Hoy día las ideologías prácticamente quedaron atrás entonces queda más limpio el horizonte para que el alumno se haga la pregunta del sentido. Antes se lo daba una estructura intelectual de ideas de ideologías, ahora ellos no creen en eso y se preguntan por el sentido de lo que estamos estudiando también, qué sentido tiene que yo estudie Matemáticas puras por ejemplo, qué sentido tiene! Si hubiera un curso de Filosofía de las Matemáticas tal vez él no haría esa pregunta.

Entonces hay una interdisciplinariedad que debe desarrollarse aún más, ahora se busca en ese terreno en las universidades importantes por lo menos de que haya esa interdisciplinariedad. Hay alumnos por ejemplo de Periodismo que toman un curso de Teología.

Ahora diría yo ¿cómo se enfoca esa interdisciplinariedad, es realmente formativa o es también una acumulación de saberes nada más?

Y sigue el problema porque nadie hasta ahora puede determinar en qué consisten los aspectos formativos de la educación. Pero yo quiero dar estas dos ideas básicas:

• Que el concepto de sabiduría más antiguo no se pierda, que es el conocimiento del “sentido”.

• Y el concepto de “virtud”, que es la formación de la persona para que el obrar rectamente y que el amor a su prójimo sean espontáneos y no una presión moral.

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