domingo, 2 de octubre de 2011

Universidad Hoy, Reflexiones de Ataliva Amengual

 

Ataliva Amengual

Cursó estudios de letras, filosofía, teología y psicología, obteniendo un Magíster en Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Ha llevado toda una vida de docencia universitaria, en Chile y Argentina. Participó activamente en la reforma universitaria de la Universidad Católica de Valparaíso.

Divulgó junto a Luis Scherz su tesis de doctorado: Una nueva Universidad para América.
Ha realizado un gran número de escritos, cursos, seminarios, y conferencias  de las cuales algunas se pueden ver en su Blog:  Entre ellas destacamos “Pensamiento personalista comunitario y universidad"


 

¿CUÁL ES LA FINALIDAD Y CARACTERÍSTICAS DE LA UNIVERSIDAD?
Ataliva Amengual

La pregunta sobre la misión y fines de la educación y por ende de la Universidad remite a una concepción de la persona humana.

La persona se constituye y desarrolla por el diálogo, con el que se actualizan las potencias, pues no hay un yo sin tú siendo éste el comienzo de la comunidad, del nosotros.

Educar requiere que no sea una acción solo de una parte de sus potencialidades. Se busca que la persona alcance el máximo posible de plenitud íntegramente.

Educar es actualizar potencias. Por eso la primera característica de la educación es el diálogo.
Y por ello, la primera característica de la universidad es el diálogo.

La segunda característica de la Universidad es el diálogo metódico, es decir, un diálogo realizado con procedimientos racionales.

En cuanto metódico, perfeccionable, porque permite la corrección de las inadecuaciones del conocimiento y hace que éste sea progresivamente sistemático, lo cual da origen a las disciplinas.
La tercera característica de la Universidad es que el diálogo metódico debe ser crítico.

No cualquier relación dialéctica es capaz de perfeccionar a la persona humana y a la comunidad humana.

Es imposible una dialéctica dialógica sin crítica.

La universidad debe ser crítica para comprometerse y no puede actualizar ningún compromiso que no le permita ser crítica, pues ello la enajenaría y la haría atentar contra sí misma.

Debe ser ante todo autocrítica.

La criticidad como exigencia intrínseca de la actividad universitaria es lo que funda el derecho de la universidad a la autonomía.

Es pues fundada en su autonomía que la universidad se compromete críticamente con la sociedad; para satisfacer las demandas de modo específicamente universitario, pero también para crear necesidades y demandas sociales inexistentes.

Tal vez su función más importante, el pro­nunciamiento crítico frente al poder oficial.
Lo anterior es exigencia de la universidad del espíritu que busca la verdad.

En situación opuesta está la universidad del poder que ve en el saber un instrumento de dominación de la naturaleza y de la sociedad. De allí su carácter marcadamente profesionalizante o de activación de la persona para el neg-ocio (negación del ocio (en sentido clásico), para la administración lucrativa del conoci­miento.

La cuarta característica de la universidad es la complejidad que surge del intento de aprehender, de conocer la realidad en su universalidad, es decir, en la unidad de lo múltiple; en otras palabras, posibilitar el perfeccionamiento de la persona a través del conocimiento en todas sus dimensiones, afirmando su identidad frente a la diversidad.

De ahí surge la interdisciplina que hace actualizar la solidaridad de las diversas comunidades disciplinarias que constituyen la universidad.