lunes, 17 de septiembre de 2012

Universidad, su rol en la sociedad y la calidad en la educación superior para el mundo de hoy, Héctor Soto Ampuero

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Héctor Soto Ampuero


Ingeniero Aeronáutico, Magister en Ciencias de la Ingeniería, Ingeniería Industrial, Doctor en Cultura y Educación en América Latina, con gran experiencia en la docencia Universitaria.

Tiene varias publicaciones donde se destacan: "La cultura en la Dirección de Proyectos" (2002), "La Cultura explicada por la Biología del Conocer" (2009)"Significado Esotérico del Concepto Cultura" 2004 y varios Ensayos en revistas relacionadas con Cultura y Educación.


REFLEXIÓN SOBRE LA CALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR PARA EL MUNDO DE HOY

Héctor Soto Ampuero  (Transcripción literal del vídeo tomado en  Septiembre del 2012, por la Fundación Gaia)


Agradezco la oportunidad de opinar sobre los temas sugeridos por la Fundación ya que difícilmente se los preguntan en la calle, ni tampoco en la Universidad.

¿QUÉ ES LA UNIVERSIDAD?

Para mí la Universidad es y seguirá siendo un punto de encuentro entre alumnos que desean penetrar en el conocimiento superior, se encuentran con quienes lo tienen y tienen la experiencia suficiente para poderlo transmitir y esto ha sucedido desde siempre y formalmente desde la época antigua cuando se formaron centros de esta misma naturaleza, por cierto con otros nombres, en las civilizaciones egipcias, griegas, hebrea, india, china, y allí surgieron estos grupos de personas interesadas en el conocimiento y los sabios o maestros que estaban dispuestos a entregarlos. Todo el mundo conoce las escuelas: de Confucio, las escuelas védicas en la India, los Misterios Egipcios, de los griegos basta mencionar los tres más conocidos sabios de la antigüedad y sus escuelas correspondientes. Me refiero al Liceo o a la Academia de Aristóteles; Sócrates, o Platón, de manera que no es una novedad encontrarnos hoy con centros de congruencia de gente que quiere saber y gente que puede y desea enseñar.

La Universidad adquiere su forma más conocida, en la Edad Media, después que los Romanos entraron en decadencia, dejándonos de herencia la parte de gestión de las provincias y las leyes, y los Árabes el enorme conocimiento que ellos recolectaron en Grecia y modificaron, incrementando la profundidad por un lado y la extensión por otro, de conocimientos de matemáticas, filosofía, letras, y que dieron la base a la gente de la Edad Media, para alfabetizar diría yo, a los curas y a los monjes que, a la sazón se acercaban a la Iglesia, probablemente analfabetos. En otras fue en la Edad Media que se juntaron estas gentes interesadas en el conocimiento y aquellos pocos que habían logrado adquirirlo mediante el estudio, la investigación y la práctica de los famosos “misterios” heredados de la antigüedad que no son otra cosa que estas enseñanzas entregadas individualmente por maestros iniciados, que a lo largo del tiempo entregaron a los jóvenes interesados en ser también ministros en las diferentes religiones, sufriendo el proceso de la iniciación, que era el modo de seleccionar a los candidatos y permitía los maestros sentir el interés que tenían los educandos en adentrarse en los conocimientos esotéricos, o sea no disponibles para el vulgo.

Bueno, todo esto para llegar a la Edad Media y conocer de la primera Universidad, la Universidad de Bolonia que, si no me equivoco, comenzó sus actividades en el año 1086, para oficializarse 200 años después, seguida por la Universidad de Oxford en Inglaterra y por la de París. Oxford 10 años después de Bolonia y París 50 años después de Oxford. Donde una de las más importantes actividades era la actividad de selección, actividad iniciática utilizada como barrera para enterarse de que el alumno estaba interesado en aprender. Le ponían dificultades que tenía que salvar para poder decidir si lo aceptaban o no.

Bajo la protección del príncipe, del prior, del prelado, o de la ciudad, las universidades tenían la facultad, y por eso las escuelas así se denominan, para otorgar grados y títulos. Los mismos grados y títulos que probablemente otorgaban las escuelas iniciáticas.

La diferencia entre grados y títulos todos ya la conocemos. Con los primeros se trata de lograr un conocimiento que se pueda comprobar y los títulos son los que facultan a quienes tienen conocimientos para aplicarlos, de manera que garanticen a aquellos que utilizan los servicios de un egresado con título, que lo que conoce lo puede aplicar con seguridad, con calidad.

Esto de crear universidades en la Edad Media, se expandió por Europa toda, después de que los árabes estuvieron en España. Y allí se expandió la medicina, tal vez como una de las principales carreras universitarias. Bolonia desde luego se dedicó a la medicina. Crecieron en torno a las matemáticas, la astronomía, geografía y arquitectura, principalmente bajo el imperio de los árabes en España.

Lo más importante creo yo, de la Universidad formalmente creada en esa época, en los 1100, 1200, 1300, es que ésto se formalizó de una manera ordenada, disciplinada y sistémica y no era simplemente un encuentro entre maestro y aprendiz que seguían un camino propio sino que se preocuparon en orientar la docencia, en para qué servia lo que aprendían estos estudiantes, para qué le servía lo aprendido a la sociedad a la cual pertenecían estos estudiantes.

Por supuesto la universidad derivó de acuerdo a como derivó la cultura en la humanidad y esto no ha cambiado hasta el día de hoy. Ciertamente las Universidades en América Latina, producto de la colonización española surgieron bajo el alero de la Iglesia, a pesar de que muchas de ellas eran del Estado, entre las cuales la Universidad de San Felipe, primera universidad chilena, que derivó posteriormente en la Universidad de Chile a cargo de Don Andrés Bello. Pero desde los años 1700 que fue fundada hasta 1813, si no me equivoco en que fue su vida útil, estuvo siempre a cargo del Estado, pero con dirección eclesiástica muy cercana.

Vale la pena a esta altura de la exposición decir algo bastante curioso de nuestra historia de la educación. El famoso “estado docente” de que se han enorgullecido muchos gobiernos y varios partidos políticos, fue posible en este país cuando la Iglesia y el Estado estaban juntos y una de las defensoras más duras del estado docente en ese tiempo fue la Iglesia Católica, que tenía a cargo la Superintendencia de Educación y por lo tanto estaba absolutamente de acuerdo en que el estado enseñara y por cierto enseñara religión y la religión debía ser la Católica y no otra.

Creo que hoy, la visión de la Universidad es la continuación de lo que acabo de decir. Por lo tanto en honor al tiempo disponible, quisiera responder ahora la pregunta “Cual es el rol de la Universidad en la sociedad".


¿CUÁL ES SU ROL EN LA SOCIEDAD?

Sin duda que la función que cumple la Universidad es poner a disposición de la sociedad este lugar de encuentro de quienes desean el conocimiento y quienes están en condiciones de darlo. El profesor, sin duda alguna, es un facilitador, porque no hay educación, no hay aprendizaje, no hay conocimiento, sin la voluntad del alumno que lo reciba. En consecuencia poner a disposición un centro de encuentro es fundamental y es ese el papel que yo creo, tiene la Universidad en el día de hoy.

Estamos convencidos que la Universidad es un centro de creatividad del pensamiento. Por supuesto, es un centro de investigación de lo que se desconoce, pero fundamentalmente está destinada, pienso yo, a generar líderes, líderes que vallan a entregar al pueblo, que no tuvo la oportunidad de alcanzar los niveles superiores de la educación, lo que no se aprende en la calle, lo que el vulgo no sabe. Así partió en las escuelas iniciáticas y así continúa hasta el día de hoy siendo un punto en que grupos interesados en aprender, lo hacen.

Es importante decir que el concepto “Universidad para todos”, no tiene sentido, y no tiene sentido pienso yo, porque no todos tienen interés. Forzar a la gente a tener interés en aprender lo que no quiere aprender, no desea aprender o no necesita aprender, es una falta de respeto y una pérdida de tiempo. Aprenden solo quienes están dispuestos a recibir enseñanzas que quieren o necesitan. La historia nos ha mostrado que la disponibilidad de quienes tienen el conocimiento, me refiero a profesores, maestros, sabios, docentes, están cada día menos urgidos, por decirlo así, gracias a las dos revoluciones que ha tenido la Humanidad, la primera la de la imprenta, porque realmente, quien desea estudiar lo puede hacer también directamente a través de los libros, y hoy día lo puede hacer gracias a la revolución de las tecnologías de la comunicación y la información que francamente tienen condiciones escandalosamente eficientes para poner a disposición de quienes se interesan, el conocimiento. No obstante, hay algo que es muy importante, y lo veremos en el punto siguiente, ¿Cómo se aprende? y la verdad es que se aprende haciendo. La enseñanza a distancia o la enseñanza virtual, pierden un enorme valor cuando el alumno o quien desea aprender no tiene la oportunidad de compartir hechos, junto con su facilitador, profesor, instructor o llamémoslo como sea. Entonces el rol de la sociedad, el papel de la sociedad en el día de hoy, a mi juicio, está en permitir el dialogo que se debe producir entre quienes se interesan en adquirir el conocimiento y aquellos que lo tienen y además transmita experiencias vividas, si no es posible repetirlas junto con el alumno, para que se produzca en realidad el efecto del aprendizaje para lo cual es necesario hacer lo que se aprende.

Tengo la necesidad de expresar también que el rol de la Universidad está marcado por una disyuntiva que se está generando cada día con más fuerza: hablé del estado docente cuando la Iglesia era parte del Estado y sus autoridades eran muy partidarias de esta modalidad, pero creo yo que hoy es más importante considerar en la docencia, la sociedad y no el Estado. Parece vago, pero no lo es cuando la Universidad tiene muy definido el ámbito al cual se dirige. Cuando le pregunta a los usuarios de los servicios que prestarán mañana los profesionales formados, qué requisitos deben cumplir, cuáles son las materias que deben conocer. Cuáles son los programas que son interesantes para quienes recibirán en sus empresas, del Estado o privadas, a estos profesionales formados en la Educación Terciaria.

El Estado no puede, no debe establecer dichos programas de referencia, porque el Estado, al imponer un determinado programa, está limitando la creatividad que fue la originadora de la Universidad medieval, porque debemos considerar que tales conventos, tales principados, tales ciudades, crearon las universidades, para permitir la discusión del dogma, para permitir que las personas expresaran sus puntos de vista, diferentes de los que estaban marcados por el príncipe, por la Iglesia o por la Sociedad y si ahora nosotros vamos a seguir lo que dice el Estado, en vez de permitir que cada uno opine, diga, proponga, genere, cree, nuevos puntos de vista, estamos cercenando una de las principales ventajas de tener educación universitaria.

¿CUÁL ES LA CALIDAD DE LA FORMACIÓN SUPERIOR QUE SE REQUIERE HOY?

Al intentar responder esta pregunta, me voy a referir a una historia. Cuando yo hacía clases hasta el semestre pasado (2012) en la Universidad Santa María y tuve que vivir la mitad de mi tiempo en paros y la otra mitad en clases, me aproveché un poco de saber qué es lo que estaban queriendo mis alumnos. La muestra no es de las mejores, eran 45 alumnos, de cuatro carreras: Ingeniería Comercial, Ingeniería Civil Industrial, Ingeniería en Aviación Comercial y Pilotos Comerciales, y cuando les pregunté que es calidad para Uds., cuando dicen estar luchando por la calidad de la educación, me dijeron: queremos que las clases sean entretenidas profesor, sean veraces, sean amenas, sean cordiales, o sea, todas sus respuestas eran emocionales, excepto los tres o cuatro alumnos que curiosamente eran de Ingeniería en Aviación Comercial y uno Piloto Comercial, que mencionaron que para definir calidad en la educación se siguiese el criterio de la ISO 9000 (norma aplicada a definir la calidad de la gestión) que define la calidad como el logro de lo que se ha propuesto fabricar, hacer, etc., siempre refiriéndose a un estándar, a un patrón. Pero qué curioso, cuatro alumnos dieron una respuesta racional a esta pregunta, Y si le preguntamos a la gente en la calle, inclusive a los papás, o a los alumnos: ¿Sr. Que es lo que quiere Ud. como calidad de la enseñanza? ¿Qué es calidad? Me da pena cuando preguntamos y me responden emocionalmente lo que ya mencioné.

Ahora ¿Quién define la calidad? Acabo de decir que antes era el Estado Docente, y la tendencia actual es que sea la Sociedad Docente, es decir, la calidad tiene que definirla el usuario y ojalá podamos proyectar esa calidad en el tiempo, suponiendo que se va a necesitar como patrón en el corto y mediano plazo siguiente, en una Planificación Estratégica, que debería ser una práctica usual en la empresa, y por cierto en la Universidad.

Calidad en la educación es, para mí, conseguir los objetivos previamente establecidos, siendo estos objetivos los que la sociedad espera de los egresados de una Universidad y medidos contra esa calidad esperada según los programas y los resultados de los cursos universitarios.

Estoy respondiendo esto de la calidad, siempre pensando que no debo dar respuestas emocionales. Por supuesto que los profesores deben tener las condiciones que los alumnos me dijeron: motivadoras, entretenidas, simpáticas, veraces. En otras palabras deben saber motivar al alumno, estimular su curiosidad, decirle al alumno, por ejemplo: tantas cosas que tú no sabes y yo te las podría transmitir, si te interesa.

Se ha sugerido que los profesores universitarios deberían ser preparados en técnicas pedagógicas que significa saber enseñarle a los niños, pero los alumnos de la universidad hace algún tiempo dejaron de serlo y tienen que saber qué es lo que buscan.

¿CÓMO HA DE SER LA FORMA DE APRENDER?

La Fundación Gaia tuvo la oportunidad de escuchar a quien, magistralmente, ha definido el concepto de la Biología del Conocer. Me refiero a Humberto Maturana que junto con Francisco Varela (QEPD) son los autores de esta teoría, muy controvertida y a veces casi desconocida. El caso de Maturana es notable y el de Varela también. Han sido famosos y uno de ellos candidato al Premio Novel. Me refiero a Humberto Maturana y Francisco Varela, que tuvo el reconocimiento más notorio del Gobierno Francés. Esto quiere decir que ambos han sido reconocidos en el extranjero. Nadie es profeta en su tierra, dicen. Pues bien, fueron ellos los que definieron una forma de aprender que responde exactamente la pregunta que se me ha hecho.

Que cosas tenemos que tener en consideración para que esta forma de aprender sea conocida. Primero que nosotros somos entidades biológicas y por lo tanto tiene que tratarse la conducta del ser humano, en general del ser vivo, como conducta biológica. El ser biológico, tiene como característica fundamental el que se auto – genera siguiendo leyes propias. Se autogenera dentro de un borde y en consecuencia no tiene acceso a la realidad. Nosotros no vemos lo que creemos ver, no oímos lo que creemos oír no sentimos, no degustamos lo que creemos degustar. Lo que nosotros usamos, es la transformación, dentro del sistema nervioso, al lado adentro de nuestro borde, de las perturbaciones que nuestros sentidos captan de la realidad, del medio ambiente. ¿Qué quiere decir ésto? Quiere decir que lo que yo sé, lo sé de mi borde para adentro. No tengo acceso al objeto. Y de paso voy a decir que, el no tener acceso al objeto me impide conocer la verdad. No tengo acceso a la verdad, puesto que yo construyo el conocimiento dentro de mi sistema nervioso. Somos como una grabadora. Imaginémonos que somos una grabadora que solamente graba sonidos o visión; la luz llega a la lente o el sonido llega al micrófono, y estas dos entidades: lente o micrófono, transforman lo que está siendo captado por nuestros sentidos, en una corriente eléctrica que se distribuye a través de la cámara que me está filmando hacia una memoria, donde se almacenan y cuando yo quiero tener un recuerdo de lo que yo grabé, hago circular de nuevo una corriente que, al pasar por mis neuronas, dendritas, axones, terminales nerviosos, revive lo que guardé y lo pone de vuelta en una memoria virtual que se llama conciencia.

Entonces para conocer algo, además, tengo que tener referencia previa, tengo que tener un conocimiento previo, y nosotros tenemos la suerte de tener un conocimiento ancestral llamado filogénico, desde la creación de la primera célula hasta el día de hoy y que la genética se ha encargado de develar en los últimos diez, quince, o veinte años, y ha dado origen a la teoría de que nuestro sistema genético registra la forma en que nosotros estamos construidos y que en la Biología del Conocer se llama Organización de la Especie. Si rompo la Organización de la Especie, bueno, me acabo, o produzco una mutación que constituye otra especie. Pero del sistema organizativo del ser vivo, tengo recuerdos de emociones que se generaron a veces por el miedo, por el dolor, por una serie de fenómenos que históricamente afectaron a las primeras células, a los primeros seres vivos, a los peces, a los mamíferos, hasta el homo sapiens en que nos hemos convertido. Y que sirven de base para hacer una comparación con lo que mis sentidos ven, observan del medio. En otras palabras conozco lo que de alguna manera, más o menos sé.

Permítanme una jugarreta. No sé si Uds., ¿saben lo que es “axalipotzlaca”? ¿No saben? Entonces nunca van a poder observar un “axalipotzlaca”, ya para hacer una observación hay que tener una noción previa de lo que estamos conversando.

Bueno, eso el lo que sucede cuando uno aprende individualmente, pero puedo aprender de otro. Pero no tengo acceso al otro, excepto cuando existe una aproximación amorosa como dice Humberto Maturana, que me motiva a acercarme al otro, que me permite dialogar con el otro, que me permite con el otro hacer algo en conjunto. Que cuando yo hago algo en conjunto, en mi sistema nervioso se almacena la experiencia de lo hecho, y en el de él se almacena la misma experiencia en su sistema nervioso y en su lenguaje biológico, sin embargo nos podemos poner de acuerdo, en el lenguaje común, en denominar de la misma manera a algo que los dos tenemos guardado y que corresponde a un solo hecho comúnmente observado.

Este es un conocimiento mutuo. Ambos nos hemos puesto de acuerdo, en ponernos de acuerdo en denominarlo de la misma manera. Y cuando yo digo blanco, mi blanco no es el mismo de mi interlocutor. El tiene su propia concepción de blanco o de rojo o de negro o de casa o de “axalipotzlaca”, ese otro bicho del cual, ni el ni yo tenemos antecedentes para poderlo distinguir.

Esta conjunción en torno de un trabajo común de un hecho común, de una idea común, es lo que nos hace ser sociablemente aptos en la convivencia amorosa. Y si a mi no me importa nada el otro, no tengo conversación con el, no me voy a poner de acuerdo, no voy a compartir conocimientos con él. Como dice la juventud hoy, si el otro señor no me interesa, ”filo”. Entonces: no hay conversación, no hay cultura, no hay comunidad entorno del conocimiento.

Así se aprende. Esa es la forma en que la Biología del Conocer – y que me perdone don Humberto Maturana y el fallecido Pancho Varela – que esté relatando el monumento que constituye la Biología del Conocer en una forma tan coloquial y tan vulgar como lo estoy haciendo.

Podemos decir en resumen que cada uno aprende lo que está dispuesto a registrar en su sistema nervioso y a aprender del otro. En nuestro caso de nuestro profesor. Solo y solamente aquello en que nos pusimos de acuerdo con el profesor, yo en aprender y el en enseñar.

Por otra parte jamás aprenderemos algo si no se asemeja o teníamos noción almacenada en nuestro sistema nervioso. Esa es la importancia de decir que los alumnos que llegan a la Educación Terciaria deben tener completa la educación secundaria, No van a aprender nada si no existe conocimiento previo. Se está perdiendo tiempo, se está perdiendo dinero, se está perdiendo eficiencia en la enseñanza, cuando aceptamos a ojos cerrados que, sin pasar por la iniciación universitaria, lleguen alumnos a darse vuelta en el aula sin que se produzcan estos dos fenómenos: tener el íntimo interés en aprender y tener un conocimiento previo almacenado en lo que se llama: experiencia, memoria, esquemas de distinción técnicamente dicho en la Biología del Conocer.

Por último, esta teoría nos enseña que no existe la verdad absoluta. Cada uno genera una verdad que lo satisface y esta verdad no es estática, en consecuencia como tercera condición de la enseñanza, universitaria, sobre todo, es estar al día en el estado del arte. Al día en las modificaciones que produce la propia sociedad, la sociedad del conocimiento, la investigación, la lectura y el interés por mantenerse vigente.

Y esto es lo que puedo decir sobre las cuatro preguntas, estimados amigos de la Fundación Gaia. Por cierto, si me preguntan de aquí a dos años y soy consecuente con lo que estoy diciendo… capaz que diga otra cosa, porque no soy dueño de la verdad…










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